Ayer recibía una clase donde se nos cuestionaba cómo abrazamos los procesos de la vida de forma proactiva. Es una interrogante que todos debemos hacernos constantemente, más ahora que hemos tenido suficientes pruebas durante los últimos dos años.

Ha sido una época donde todas nuestras carencias emocionales salieron a relucir, principalmente mostrando todo lo que nos hacía falta. Muchas familias terminaron de romperse, mientras que otras se reencontraron.

Se dieron nuevos enlaces y se reinventaron muchos otros, pero ¿por qué de dieron? ¿Son personas que están listas para compartir una relación, o están en ellas desde un espacio de carencia?

Como seres humanos nos encantan las tradiciones, y es en estos días se celebra el Día del Cariño o el Día del Amor. Y a pesar que para muchas personas es algo lindo y romántico para muchos es de depresión y soledad. La vida de pareja es compleja. Buscamos que el otro nos dé, que nos complete, pero no nos damos cuenta que hasta que nosotros no busquemos tener una relación desde una “vasija” llena y no estemos dispuestos a dar lo mejor de nosotros a la pareja a todo nivel, no hay relación que vaya a funcionar. 

 
Que estos días del amor y la amistad busquemos nutrir nuestro corazón, que fortalezcamos nuestra mente y nuestra relación con nosotros. Que al vernos al espejo veamos con amor nuestro reflejo y desde ese espacio,  con una vasija llena, demos la bienvenida a la persona perfecta con la que podamos compartir y dar todo lo lindo que tenemos dentro. Dar, ese ese es el objetivo. Lo demás llega por añadidura.